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Modul. Arquit. CUC 23(1): 131-142, 2019
Acerca del diseño especulativo del espacio arquitectonico: experiencias, metaforas y abstraccion
About the speculative design of architectural space: experiences, metaphors and abstraction
DOI: 10.17981/mod.arq.cuc.23.1.2019.07
Artículo. Fecha de Recepción: 24/08/2019. Fecha de Aceptación: 15/11/2019.
Álvaro Morales Aragón
SSC Group SAS. Barranquilla (Colombia)
alvaromorales6286@gmail.com
David Caicedo Córdoba
SSC Group SAS. Barranquilla (Colombia)
dacaicedo@cabasarquitectura.com
Mauricio Cabas García
Cabas Arquitectura, SAS. Barranquilla (Colombia)
mauricio@cabasarquitectura.com
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Para citar este artículo:
Morales, Á., Caicedo, D. y Cabas, M. (2019). Acerca del diseño especulativo del espacio arquitectonico: experiencias, metaforas y abstraccion, MODULO ARQUITECTURA CUC, vol. 23, no. 1, pp. 131-142, 2019. DOI: http://doi.org/10.17981/mod.arq.cuc.23.1.2019.07
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Resumen
Los actos de imaginar, crear y proyectar son conceptos de especulación pura, ya que, al inicio del proceso, arquitectos con conciencia, no saben con certeza lo que se va a lograr, pero con el objetivo siempre de mejorar lo existente. Arquitectos como Peter Eisenmann, Frank Gehry, Mies van der Rohe y Peter Zumthor tienen como meta proponer especulativamente en sus proyectos soluciones formales basados en conceptos abstractos, metafóricos y experienciales.
Palabras Clave: Especulación; diseño, espacio arquitectónico; experiencias significativas; abstracción; metáfora
Abstract
The acts of imagining, creating and projecting are concepts of pure speculation, since, at the beginning of the process, conscientious architects do not know with certainty what is going to be achieved, but with the objective of always improving what exists. Architects such as Peter Eisenmann, Frank Gehry, Mies van der Rohe and Peter Zumthor aim to speculatively propose formal solutions in their projects based on abstract, metaphorical and experiential concepts.
Keywords: Speculation; design, architectural space; significant experiences; abstraction; metaphor.
Introducción
Sembrar una idea, arquitectura especulativa
En la actualidad no hay que escarbar mucho para entender que el mundo que habitamos es sumamente complejo y está en constante cambio, se observa cada vez más la incertidumbre en términos sociales y culturales lo cual influye en nuestra vida diaria. (Moreno, 2017) Esto se ve en gran medida en el diseño y en la arquitectura, disciplinas que reconocen nuestro entorno y las relaciones que se desarrollan en él como algo verdaderamente complejo, así como a transformación del mismo y del pensamiento de cómo nos desenvolvemos tanto individual como colectivamente. Y es que a medida que estas transformaciones se van dando, el concepto de especulación tanto en arquitectura como en diseño se vuelve más poderoso.
El pensamiento tradicional de diseño radica en el consumo fácil de productos y soluciones basados en la tecnología, por el contrario, el diseño especulativo, aunque también crea objetos y soluciones, tiene como fin crear y sustentar ideas. En esta variante el diseño actúa como herramienta para explorar el mundo futuro, cuestionando siempre ¿qué pasaría sí? Y no solo continuando o desarrollando lo que existe en la actualidad. (Piscitelli, 2014) Para los diseñadores es una premisa trabajar siempre pensando en el futuro y conceptualizando acerca de él, resolver situaciones que aún no se han presentado y explorar nuevas rutas como fundamentación (Davila, 2016). Y entre todas las propuestas de diseño especulativo se logran observar tres conceptos fundamentales. Estos conceptos son la abstracción, el uso de la metáfora y el diseño de atmosferas para las experiencias significativas de los habitantes o usuarios de la obra arquitectónica.
Abstracción como semilla de la especulación
Toda acción o aproximación al diseño puede tiende a ser especulativo y muy generalmente puede estar relacionado con la abstracción. Es el caso de grandes arquitectos Mies van der Rohe y Peter Eisenmann. Mies consideraba que el espacio arquitectónico era un resultado, y por ningún motivo debía ser considerado como un objetivo dentro del proceso de proyecto. El espacio no está diseñado para influenciar o incidir, para van der Rohe, sobre la vida del habitante, por el contrario, el espacio es el lugar ideal en el cual la vida se puede desarrollar de diferentes maneras (Pancorbo y Martin, 2014). Este concepto refleja la idea de un espacio sumamente flexible que puede ser adaptado a distintas situaciones de a vida diaria. Esta idea se convierte en una interpretación del ritmo de vida de ese entonces, una clara especulación, una apuesta a futuro del cambio de prioridades en la sociedad. Esta idea del espacio va madurando en Mies van der Rohe gracias al texto de Siegfried Ebeling, titulado “El espacio como membrana” y publicado en Dessau en 1926. Para estos dos personajes, el espacio arquitectónico, debe estar organizado y configurado por vida misma, llegando a transformarse en una prótesis inorgánica del cuerpo humano o como una prolongación del propio organismo (Pancorbo y Martin, 2014). Mies, debido a su interés constante de una arquitectura veraz, conformada de estructura y piel, trataba de igualar o comprar el espacio tridimensional o físico con una membrana tridimensional, definida casi biológicamente. Sus conceptos de una arquitectura transparente, tanto como idea real o fenomenológica, que luego fue relacionada a actitudes derivadas de la estética de la máquina y de la pintura cubista. La abstracción de Mies va der Rohe sobre el concepto de transparencia significa que esta debe ser intrínseca al material, incluso como atributos de la personalidad, del carácter y de la moral que se vinculan en arquitectura a otros niveles de comprensión (Millan, 2008).
Figura 1. Pabellon de Alemania en Barcelona.
Diseño Mies van der Rohe.
Fotografia Mauricio Cabas.
Figura 2. Pabellon de Alemania en Barcelon.
Diseño Mies van der Rohe.
Fotografia Mauricio Cabas.
Por su parte, otro caso de abstracción como idea inicial, es el caso de Peter Einsenman y su House VI (1975). En esta casa Eisenman se vio obligado a recordarle a los usuarios la forma adecuada de habitarla, recordarles acerca de cómo la arquitectura afecta sus vidas diariamente. Fue exitoso en construir una estructura que funcionaba como casa y a la vez como una obra de arte, los habitantes vivían dentro de una escultura, y según ellos mismos disfrutaron cada momento. Los habitantes no vivían dentro de una edificación como tal sino dentro de una idea, claro ejemplo de arquitectura especulativa (Piscitelli, 2014).
Este tipo de arquitectura ha sido criticada porque se cree que solo es un trabajo propuesto para las aulas o para exhibirse en galerías y museos, pero la realidad es que existe la posibilidad de uso como detonante de acción social y complemento del diseño participativo (Davila, 2016). Lo que queda claro es que la arquitectura especulativa tiene relación con el futuro o una relación importante con todo un conjunto de conceptos necesarios para entender aquello que escapa de lo real, presente o actual sin caer en la fantasía (Camacho, 2014).
Experiencias significativas. Hacia una arquitectura especulativa positiva
El arquitecto Peter Zumthor en su conferencia titulada “Atmosferas, Entornos arquitectónicos. Las cosas a mi alrededor” expresa que el concepto de atmosfera se refiere a una sensibilidad emocional que sentimos al estar en contacto con el espacio arquitectónico existente que tiene que ver no solo con la percepción sino con otros distintos factores como lo podrían ser un toque de magia, algo de misterio y una armonía comparable con las composiciones de la música clásica. “Estoy sentado bajo el soportal, en un sofá tapizado en un verde pálido, en la plaza, la estatua de bronce sobre su alto pedestal frente a mí me da la espalda, contemplando, como yo, la iglesia con sus dos torres. Las dos torres de la iglesia tienen un remate diferente; empiezan siendo iguales abajo y, al subir, se van diferenciando. Una de ellas es más alta y tiene una corona de oro alrededor del extremo de la cúpula. Pronto vendrá hacia mi B., cruzando en diagonal la plaza desde la derecha. Ahora bien, ¿Qué me ha conmovido de allí? Todo. Todo, las cosas, la gente, el aire, los ruidos, los colores, las presencias materiales, las texturas, y también las formas. Formas que puedo entender. Formas que puedo intentar leer. Formas que encuentro bellas. ¿Y que más me ha conmovido? Mi propio estado de ánimo, mis sentimientos, mis expectativas cuando estaba sentado allí” (Zumthor, 2006). Esto demuestra claramente el nivel de especulación de Zumthor. Entonces la belleza tiene que ver con la tranquilidad, con una arquitectura que no sobre estimule al usuario, una arquitectura en la cual la luz te acaricie y abrace muy suavemente. Estos conceptos pueden ser muy subjetivos, son extremadamente personales, especulativos y basados en sensibilidades intimas. El espacio arquitectónico no solo consta de muros, cubiertas, limites, planos verticales, sino de efectos de luz, de sonidos, de vivencias, de fenómenos que muchas veces solo se descubren muchos años después de ser materializado, pero que, en el proceso de diseño, el cual no es algo simple, ni lineal, solo estaban en la cabeza del arquitecto creador y en su intención. Para lograr a entender esto hay que llegar a una madurez tanto intelectual como arquitectónica plena, que solo logran los grandes maestros. Lograr sentirse conmovido por una obra de arquitectura significa estar presente ante una experiencia extraordinaria que puede inducir cambios profundos en nuestro comportamiento y en nuestra vida, y al mismo tiempo elevarnos perceptiva, emocional y espiritualmente (Bermudez, 2013).
Para Zumthor (2006) uno de los grandes secretos del espacio arquitectónico es la presencia material de las cosas o como él lo denomina:
El cuerpo de la arquitectura”, que consiste en lograr una perfecta combinación de elementos, materiales, efectos que le den sentido al espacio. De igual manera “La consonancia de los materiales” que significa saber escoger los materiales, no los que están de moda, sino los materiales indicados, que reaccionen armoniosamente entre sí. “Los materiales no tienen límites; coged una piedra: podéis serrarla, afilarla, horadarla, hendirla y pulirla, y cada vez será distinta. Luego coged esa misma piedra en porciones minúsculas o en grandes proporciones, será de nuevo distinta. Ponedla a la luz y veréis que es otra. Un mismo material tiene miles de posibilidades (Zumthor 2006).
Reconocer que la luz es lo que permite darle vida al espacio arquitectónico, pensar de antemano como serán sus efectos, la reacción de los materiales expuestos a ella, los brillos, las sombras debería ser una de los fines propios de la enseñanza de la arquitectura. Al igual, el sonido del espacio arquitectónico, pero no me refiero al manejo acústico, sino a la mezcla de los sonidos que se dan dentro, producidos por las vibraciones de los materiales, el crujir del concreto cuando se expande o el retumbar de la madera cuando se camina sobre ella. Estos son los elementos o dimensiones intangibles de la arquitectura y sobre todo del espacio arquitectónico, son las cosas que no se pueden medir. Realmente existe algo en ciertos espacios arquitectónicos que es poco visible pero que le da un grado de misticismo al mismo.
La arquitectura especulativa tiene la capacidad de cuestionar la vida cotidiana, puesto que trata de llevarnos hacia una percepción común y estirar los límites de lo posible en la rutina diaria. Al ser algo que podría ser tangible y cercano al entorno tiene la capacidad de considerar que la realidad podría ser diferente (Davila, 2016).
El uso de la Metáfora como método para la arquitectura especulativa
La metáfora como método para hacer arquitectura, siempre ha sido una acción especulativa. No cabe duda que tomar como referencia algún elemento, idea u objeto completamente ajeno a la arquitectura y traducirlo a términos arquitectónicos representa una apuesta arriesgada. Un claro ejemplo de esto, es el trabajo del arquitecto Frank Gehry. Ideas tales como el movimiento de los peces, la forma en que caen los pliegues de un traje de un monje y las velas de un velero son tomados por Gehry para plantear sus proyectos. En la arquitectura especulativa, para Gehry, el concepto de belleza está por encima de los temas racionales, funcionales y técnicos, la belleza es un concepto totalmente independiente, no está sujeta a criterios universales o de una coherencia determinada, sino que hace parte de cada proyecto, es relativa a cada proyecto (Rodriguez, 2014).
En el proyecto de la reforma de propia vivienda, Frank Gehry se planteó la idea de experimentar sobre la manera de materializar su pensamiento arquitectónico. Reflexionar acerca de la belleza en arquitectura era uno de sus objetivos en este experimento, así como su investigación para construirla correctamente y vincularla a la realidad del proyecto. Utilizó una estructura creativa y especulativa que se fundamenta en la metáfora para transgredir los límites convencionales de la belleza. Para esto Gehry empleo materiales de bajo costo y poco glamurosos de una manera diferente a lo normal, consiguiendo algo completamente distinto a su entorno (Rodriguez 2014).
Pero no solo el exterior de las obras de Gehry son especulativas, el espacio arquitectónico interior en las obras de Frank Gehry nace de un proceso de especulación y de experimentación volumétrica. Gehry crea espacios interiores que se pueden revestir o envolver con casi cualquier elemento que genera alguna comunicación o estimulo. Valerse de la metáfora del pez que rebota, gira, se contornea, se desliza, le da la oportunidad de crear formas irregulares que juegan con el tiempo, que parecen moverse y sin embargo están estática (Garzon 2012).
Figura 3. Edificio Museo de la Fundacion Louis Vuitton en Paris, Francia. Diseñado por Frank Gehry.
Fotografias Mauricio Cabas.
Nuevas formas de hacer arquitectura, especulando…
David Meneses en su libro “Notas y temas de diseño arquitectónico. Reflexiones desde la docencia”, nos da una idea clara de lo que está sucediendo con la enseñanza de arquitectura actualmente y plantea la problemática de encontrar una nueva forma de hacer arquitectura. Es conveniente tomar una nueva forma de pensar y una nueva estructura mental que redireccione el pensamiento creativo, hacia una idea que se relaciona y concuerde con la real vivencia actual, y para lograr esto hay que dejar de pensar en términos de forma y función, y sustituirlos por otros (Meneses, 2009).
Por otro lado, creo que muchos arquitectos de la actualidad han tratado de convertir la arquitectura en un oficio sencillo y específicamente al diseño arquitectónico en una tarea sumamente técnica, un oficio que solo soluciona problemas, cuando en realidad es un arte misterioso y lleno de todo tipo de fenómenos. Esto no quiere decir que no pongamos atención a los demás elementos, un espacio debe ser funcional, estar bien soportado y estructurado. Una buena arquitectura es aquella que está fundamentada en la capacidad del arquitecto de sentir empatía con su entorno y con las personas que habitarán esa arquitectura. Como lo propone Alberto Campo Baeza, cuando comenta que el quisiera una arquitectura capaz de servir, pero al mismo tiempo capaz de conmover. Que tuviera precisión con la razón, pero al mismo tiempo permaneciera en la memoria y que fuera capaz de generar la belleza adecuada para lograr felicidad en las personas (Cabas 2019).
Es cierto que los arquitectos tenemos una responsabilidad enorme, podemos alegrar la vida de los seres que habitan el espacio arquitectónico o por el contrario podemos hacerles la vida extremadamente aburrida o angustiosa. La arquitectura debe generar estímulos que afecten los sentidos, que influyan en comportamientos, convertirse en un instrumento de intensificación de actitudes y conductas sensibles.
Si se es diseñador se reconoce el esfuerzo que se requiere para crear un significado, pero al final de todo, se debe reconocer que todo trata acerca las personas que habitarán y experimentarán ese objeto arquitectónico que se está creando. En arquitectura siempre hay tomar decisiones y hacer especulaciones, pero si esas decisiones y especulaciones están basadas en las cosas realmente importantes, entonces se ira por buen camino. Es claro que el trabajo de un arquitecto es diseñar los escenarios para las experiencias significativas de las personas, escenarios para vivir. Preguntarse o cuestionarse ¿Qué pasaría sí?
¿Cómo hacer una arquitectura nueva? ¿Cómo debe ser? ¿Qué elementos se deben incluir? ¿Qué se necesita para que pueda sentirse como algo nuevo? ¿Cómo convertir un concepto en un referente? ¿Cómo describir una ambientación detallada y original? ¿Cómo se deben expresar? ¿Cómo hago una narrativa propia? Son propias de una arquitectura especulativa. La arquitectura tiene poder como lo explica Julio Bermúdez. “Es aquí donde el poder de la arquitectura se pone en evidencia. El arquitecto a través de su trabajo puede crear condiciones que “empujen” al visitante o usuario a desplazarse desde una experiencia en tercera-persona a una en primera-persona, y así acceder a un espacio de unidad espiritual integral: belleza, bondad, verdad. ¡La materialidad se torna espiritualidad!” (Bermudez, 2014).
Estos conceptos son de elementos intangibles de la arquitectura y deben entenderse más como fundamentos para la producción de cuestionamientos que sirvan para la creación de arquitecturas que faciliten el mejoramiento de la calidad de vida, y no como mera solución a los problemas espaciales. Uno de los objetivos principales de la arquitectura es el de exaltar el drama de la vida, proveyendo de espacios adecuados, diferenciados y articulados para lograr reforzar el contenido emocional del acto de habitar dentro de ella (Bacon, 1982).
La determinación de la arquitectura se ha convertido en una actividad de suma importancia para el desarrollo de la vida en las sociedades contemporáneas. En los inicios de este nuevo milenio, la vida parece enfocarse en los medios especulativos de comunicación , en el diseño y en la arquitectura; teniendo los dos una gran influencia en nuestro día a día, tanto en la economía, como en la política, en la sociedad y la cultura, convirtiéndolos en herramientas importantes para la creación de identidad de los seres del siglo XXI (Moreno, 2017). Tanto así que la historia de la arquitectura generalmente la escriben los que se atreven a especular como lo expone Kenneth Frampton en Zabalbeascola (2017) “Hoy la historia de la arquitectura la escriben los especuladores, denuncia el historiador Kenneth Frampton” (Zabalbeascoa, 2017), en otras palabras la nueva forma de hacer arquitectura debe ser una práctica generadora de ideas frescas, ideas vanguardistas, transformadoras y especulativas de lo material y lo inmaterial (Moreno, 2017).
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© The author; licensee Universidad de la Costa - CUC.
Módulo Arquitectura CUC vol. 23 no. 1, pp. 131-142. Junio - Diciembre, 2019
Barranquilla. ISSN Impreso 0124-6542, ISSN Online 2389-7732.
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