Este artículo realiza una exploración de los imaginarios del contador público en expresiones artísticas como la novela, la poesía, el cómic, la sátira y el cine. Para ello, se revisa el concepto de imaginario social, después, se identifican las percepciones respecto al contador en las expresiones del arte objeto de estudio, para posteriormente contrastarlas con una mirada desde los negocios y el Inventario Psicológico de California (CPI). En este sentido, la revisión del tema es de carácter documental y descriptivo, para su derrotero metodológico se tomó el enfoque histórico reflexivo que suscito un rastreo documental de fuentes primarias y secundarias encontradas en diferentes bases de datos electrónicas. Los resultados identificaron referencias negativas sobre la personalidad y la labor desarrollada por el profesional constituyen el imaginario más fuertemente representado en las artes; sin embargo, se resaltan características como la responsabilidad, el dominio de los números, la buena remuneración y el prestigio, referidas normalmente en el mundo de los negocios. Finalmente, se concluye que existe la necesidad de reflexionar e indagar ¿Cómo nos leen las otras personas a través de las expresiones del arte? ¿Cómo han evolucionado los imaginarios sociales respecto al contador? ¿Cómo se construyen los estereotipos sociales y cómo han cambiado a lo que somos ahora? Palabras clave: Imaginario social; profesión contable; novela; poesía; cómic; cine Abstract This article makes an exploration of the imaginary of the public accountant in artistic expressions such as poetry, novel, comic, satire and cinema, ways of representing reality through time and space. For this purpose, the concept of social imagery is reviewed; then, the perceptions of the accountant are identified in the previously mentioned art expressions to be contrasted later with an overview from the business and the California Psychological Inventory (CPI). In this sense, the review of the subject is documentary and descriptive, for its methodological course the reflective historical approach was taken that prompted a documentary tracking of primary and secondary sources found in different electronic databases. The results identified the negative references of the personality and the work developed by the professional constitute the imagery most strongly represented in the arts; however, characteristics such as responsibility, numerical proficiency, good remuneration and prestige are highlighted in the business world. Finally, it is concluded that there is a need to reflect and investigate ¿how other people read us through expressions of art? How have social imaginaries evolved regarding the accountant? How are social stereotypes built and how have they changed to what we are now?. Keywords: Social imaginary; accounting profession; novel; poetry; comic book; cinema |
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Artículo de revisión. Fecha de recepción: 23/02/2021 Fecha de devolución: 15/04//2021 Fecha de aceptación: 30/05/2021 Fecha de publicación: 30/07/2021 |
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Universidad Central krestrepoq@ucentral.edu.co |
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Universidad Central Bogotá, D.C. (Colombia) jocampog2@ucentral.edu.co |
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Universidad Católica Luis Amigó Medellín, Antioquia (Colombia) candiilorena@gmail.com |
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. Para citar este artículo: Restrepo Quintero, K., Ocampo González, J. & Chamorro González, C. (2021). Imaginario social del contador público desde las esferas del arte: una aproximación teórica. Económicas CUC, 43(1), 119–138. DOI: https://doi.org/10.17981/econcuc.43.1.2022.Econ.6 |
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JEL: M19, M41, Y30, Y50, Y80, Z00. |
Introducción
El imaginario social se teje en medio de comentarios, ideas, objetos, prácticas, palabras y comparaciones, es decir, es toda una construcción que va más allá de la realidad, puesto que al estar inmerso en el campo de la creatividad permite al hombre pensar y modificar aquello esencial para darle una forma más amable o cercana a sus ideales (Gonzáles y Otero, 2017; Randazzo, 2011; Guiliani, s.f.). Entonces, se puede encontrar que el concepto de imaginario social ha sido una preocupación constante desde áreas del conocimiento como: filosofía, política, economía, sociología, psicología, entre otras (Girola, 2020; Laya, 2011; Machado, 2009).
En concordancia, el imaginario alude a una reconstrucción de la imagen que perciben las personas sobre un objeto en específico, por ello, al reconocer el trabajo y la función que desempeñan las diversas profesiones en la sociedad, surgen interrogantes en torno a si las características que han relacionado con ese ejercicio profesional responden a la realidad del momento (Hernández, 2020; Sánchez 2011; Castoriadis, 2013).
De acuerdo con Segovia, Basulto y Zambrano (2018), Bottici (2019) y Beriain (2011) la imaginación muchas veces se configura como un problema, ya que presenta una fuerza poderosísima, creadora de lo real y de lo socio-histórico la cual condiciona el cambio del orden de la sociedad. En ese sentido, el aspecto imaginario representa las características culturales como lo visible y real. Por ende, se configura importante y necesario abordar una exploración de los imaginarios del contador público en expresiones artísticas como la novela, la poesía, el cómic, la sátira y el cine.
En el caso del Contador Público, puede decirse que hay dos caras de la moneda, una positiva y otra negativa; en la primera, se observa como el contador tiene cualidades para las matemáticas, un nivel de ingresos alto y es organizado; en la segunda, se cuestiona la moralidad de los actos en el ámbito de los negocios y se identifican falencias en su personalidad (Velandía-Pacheco, Anguila-Carrillo y Archibold-Barrios, 2017). Por lo tanto, es menester preguntarse ¿Cuál es la imagen que se tiene del Contador Público a través de las expresiones del arte?
Siendo la literatura, la poesía, el comic y el cine cuatro escenarios en los que se representa al contador en diferentes facetas. En este sentido, la presente investigación está enfocada en describir y revelar las características del imaginario social del contador público desde las distintas esferas el arte. En aras de lograr este objetivo, el documento se ha estructurado en varias secciones principales: En la primera, se realiza una conceptualización sobre el imaginario social, tratando de revelar que sobre esas definiciones existen construcciones hegemónicas que se han impuesto en gran parte de las disciplinas socioeconómicas.
Posteriormente, se presentan las características que desde las artes se recrean del Contador Público, para después, contrastarlo con la visión corporativa de las firmas y un estudio psicológico. Finalmente, se emiten unas apreciaciones a modo de conclusión en donde se plantean posibles líneas de trabajo que puedan contribuir al desarrollo y la discusión de los diferentes imaginarios sociales que afronta la profesión contable.
Metodología
Este documento desarrolla un análisis a través del enfoque cualitativo, ya que describe y analiza las características generales de los imaginarios del contador público en expresiones artísticas como la novela, la poesía, el cómic, la sátira y el cine, a partir de distintas fuentes de información. No obstante, la técnica de investigación abordada, fue documental en donde se ejecutó una revisión de trabajos precedentes.
Adicionalmente, la investigación ejecutó una etapa de revisión exploratoria que consistió en el rastreo documental de fuentes primarias: seleccionando únicamente producción bibliográfica publicada en bases de datos electrónicas como Dialnet, Redalyc, SciELO, World Wide Science, ScienceResearchc, Latindex y Scopus. Las fuentes secundarias utilizadas fue la investigación formativa que consistió en rastrear ponencias, trabajos de grado y otras publicaciones que permitieran profundizar en el objeto de estudio.
Por último, se registraron los documentos recopilados en una matriz cualitativa diseñada en Excel. Dicha matriz, estableció cinco categorías (la novela, la poesía, el cómic, la sátira y el cine) esto con el fin de describir y analizar de forma detallada los imaginarios del contador público según cada expresión artística, para posteriormente contrastarlas con una mirada desde los negocios y el Inventario Psicológico de California (CPI).
Revisión Teórica
Una aproximación al concepto del imaginario social
La imagen, se constituye en una abstracción de un objeto o situación en la mente de las personas, que hace que aquello que se imagina exista aún sin estar allí, se trata pues de una la duplicidad en la mente, ya que, cuando se ha imaginado algo, se hace difícil dejar de pensar en eso, porque se llevó a la abstracción.
En palabras de Morin (2001), la imagen mental está dada en su esencia en la conciencia del hombre; es decir, “la imagen no es más que un doble, un reflejo, una ausencia” (p. 30). Cuando se alude a la imagen, se hace consciente de la existencia del objeto o sujeto, se estructura una representación gráfica que conlleva a la aceptación o el rechazo, sin importar que ésta, sea “una presencia vivida o una ausencia real” (Morin, 2001, p. 30). Entonces, se puede tener la imagen de algo que se conoce o se desconoce, puesto que la imaginación y la creatividad empiezan a construir un mundo paralelo al mundo real (Hodge & Parker, 2017).
Esa coexistencia de diferentes mundos, da cuenta del uso complejo de palabras como: sueño, imaginación, utopía, entre otros, para señalar lo imaginario, en cuanto a que “indica una serie de imágenes que hacen que la vida de un sujeto o de una sociedad sea tal y como es (Manski, 2020). Por ello “lo imaginario es tanto psíquico como social, abarca lo individual y lo colectivo” (Beuchot, 2008; Coca, Valero y Pintos, 2011, p. 56). Esta construcción recoge, sustenta, sintetiza y socializa aquellas ideas que de manera individual trascienden a lo colectivo para representar una imagen de un objeto, institución o fenómeno.
Es quizás, que por ello la realidad se haya fundado en lo imaginario para ir concretando el mundo real, asumiendo en el caso de las instituciones como el Estado, un ideal que se ha ido elaborando con el paso de los años, para justificar su función en la sociedad (Durante, 2018; James, 2019). No ha sido gratuito el riesgo de filósofos y pensadores que plantearon ideas que para la sociedad eran una locura, debido a que la imaginación logra llegar a lugares inalcanzables, como la isla de Utopía que propuso Thomas Moro, un lugar en el cual todo era posible, donde aquello pensado se concretaba un mundo de ensueño. Entonces, “lo imaginario es el fundamento antropológico sobre el que se apoya la construcción de la «realidad» siendo, por tanto, el fundamento de la utopía, instrumento de legitimación y conservación del orden social, impidiendo el cuestionamiento de la «realidad» instituida” (Carretero, citado por Coca et al., 2011, p. 56).
Esto implica, la estructuración de una imagen que recoge y conecta lo dicho para elaborar acuerdos que asumen las expectativas y construcciones mentales individuales y grupales adecuadas con el espacio y tiempo (Bifulco & Tirino, 2018). Así se ha partido, no desde un punto cero, sino que se han mejorado los ideales, dándole sentido a lo cotidiano para elaborarlo en un lenguaje más completo que da cuenta de una solidez pensada en los acontecimientos que generan un antes, un ahora y un después. Por ello, Sánchez (2011) afirma que “tras todo diseño social rige un eidos, una imagen que pauta y organiza los afectos, los proyectos, las expectativas, las representaciones, los tiempos y espacios de los actores” (p. 20).
Las imágenes toman relevancia en la medida que la realidad no se encuentra bajo un espacio y tiempo estático, sino dinámico, que cada vez conllevan a nuevos desafíos; en la actualidad la globalización, la estandarización de procesos, el desarrollo, el progreso, las prácticas neoliberales, la tecnología, la investigación, la innovación y el medio ambiente, entre otros, son asuntos que permiten que la sociedad opine constantemente, actualizando en algunos casos las construcciones colectivas de los imaginarios (Carretero, 2011). Eso sí, sin dejar de lado las configuraciones históricas elaboradas en otros tiempos, lo que revela cómo se va socializando esa construcción imaginaria y humana de la realidad.
Es decir, los imaginarios cambian a través de los diferentes contextos y tiempos, en palabras de Sánchez (2011), “toda época tiene sus imágenes con las que ofrece un dibujo de la realidad” (p. 15). Pero estas transformaciones de los imaginarios pueden no darse sincrónicamente con el devenir de los acontecimientos, sino que toma un tiempo el desplazamiento de dichas imágenes en la mente de las personas.
Estos imaginarios operan como un metacódigo en los sistemas socialmente diferenciados, en el interior de un «medio» específico (dinero, creencia, poder, etc.) propio de cada sistema, a través del código relevancia/opacidad (R/O) y generan formas y modos que fungen como realidades (Pinto, citado por Coca et al., 2011, p. 60).
En razón de la multiplicidad de culturas, creencias y espacios geográficos existen excepciones, dado que no todas las construcciones responden a una visión general, por lo que se extienden, un sinnúmero de significaciones e imaginarios.
Es por ello que “en cada sociedad y en cada cultura hay un imaginario radical, algo así como un conjunto de significaciones sociales centrales” (Beriain, 2011, p. 116). Lo cual da sentido, a que el hombre sólo resuelve aquello que es capaz de imaginar, de llevar al mundo de las ideas, pues los antecedentes que permiten la elaboración de los imaginarios contextualizan, comunican y continúan marcando pautas claras y concretas de la mirada particular sobre un problema en un tiempo determinado por unas condiciones. Esto genera que la realidad sea vista desde un lente particular y no siempre generalizado, pues en esa abstracción se encuentran elementos significativos poco explorados y congruentes con la idea de sociedad.
Con el propósito de definir la palabra imaginario, Castoriadis (2013) ha establecido una diferencia entre lo que es un imaginario instituyente e instituido, “reservando para el primero toda la capacidad creativa y para el segundo todo cuanto ya está allí y que tiende a perdurar; entre ambos admite por cierto una tensión” (Baeza, 2011, p. 38). Esta diferenciación del imaginario, muestra que a medida que se siguen apareciendo características sobre un objeto, no implica que los elementos iniciales desaparezcan, sólo que hay un juego de fuerzas el cual determina en última instancia la imagen que se construye de éste.
Baeza (2011) se refiere a que “los imaginarios sociales son precisamente aquello: formas de significación institucionalizadas que adopta la sociedad en el pensar, en el decir, en el hacer, en el juzgar” (p. 33). Así mismo “comprender entonces el concepto de imaginarios sociales no es otra cosa que indagar en la dinámica generativa de la vida social en sus aspectos fundantes, o sea en todo cuanto es creado y conservado desde la subjetividad social” (Baeza, 2011, p. 33).
En contexto, se puede reflexionar que el imaginario social influye directamente en la forma como se enseña la contabilidad, afectando la formación del contador público. Es decir, esta comunidad académica contable se concentra en el “hacer registros para informar” que abarca solo aspectos contables, recursos, riqueza y propiedad para decisiones públicas. Es por ello, que esta situación se establece como una limitación para los contables en cuanto al conocimiento exacto sobre el concepto contabilidad.
Velandia-Pacheco et al. (2017) afirman que si a los estudiantes contables los cuestionaran sobre el objeto de estudio de su profesión “no encontrarían camino por dónde representar teóricamente todo el hacer empírico, para el que han sido preparados” (p. 3) y tampoco encontrarían “relación alguna entre contabilidad, sociedad y política y mucho menos comprenden su papel como profesionales en la sociedad” (Velandia-Pacheco et al., 2017, p. 3). Por ende, es necesario explorar sobre ¿Cuál es la imagen que se tiene del Contador Público a través de las expresiones del arte?
Imaginario social del Contador Público
En el caso de las profesiones, los imaginarios surgen de libros, cuentos, fábulas, publicaciones en medios de comunicación masivos, experiencias, comentarios, creando estereotipos de los profesionales, que pueden adolecer del reconocimiento de los cambios constantes, validando imágenes que pueden tomar distancia de la realidad. En cuanto al contador público, Da Costa, Weffort, Cia y Cia (2011) encuentran tres escenarios del imaginario: el positivo, el neutro y el negativo (Tabla 1).
Escenarios del imaginario del contador público.
Usualmente positivo |
Usualmente neutral |
Usualmente negativo |
Objetivo. Atento a los detalles finos. Respetable. Responsable. No seducible. Digno de confianza. Honesto. Disciplinado. Respetuoso de la ley. Seguro. |
Desapego emocional. Sobrio. Conservador. Aventurero. Prudente. |
Aburrido. Desinteresado. Torpe. Triste. Sin expresión. Sin alegría. Estrecho de mente. Poco profesional. Propenso al comportamiento criminal. Socialmente atrofiado. Orientado a corto plazo. Desajustado social. Dominante obsesivo. Trabajo con números. Trabajo no interesante. Codicioso. Explotador. |
Fuente: Da Costa et al. (2011, p. 6).
Las expresiones artísticas presentan imágenes del contador, y estas se pueden ubicar en los anteriores escenarios, «usualmente positivo» determinada por cualidades profesionales que conducen a la confianza entre el cliente y el contador; «usualmente neutral», si bien siguen relacionándose con el ámbito profesional, muestran situaciones excepcionales que pueden darse en el comportamiento de éste; y «usualmente negativas», estas describen la personalidad del contador, indicando de forma radical su timidez, que da cuenta de su poca interacción social. A continuación se analizan las formas de expresión del arte que pueden dar una perspectiva diferente de esta profesión.
Imaginario del Contador en la novela
Tratándose del contador público, desde la perspectiva literaria solo se encontró el trabajo realizado por Grajales (2007), quien abordó nueve novelas en las cuales el imaginario del contador tiene una representación oscura en relación con sus prácticas; además la descripción del estereotipo es poco atractiva y la motivación que tuvo cada personaje para llegar a este ejercicio profesional, no fue una elección personal. Para este autor, queda claro que las alusiones que se han realizado en las novelas, son el resultado de los prejuicios que hay en la sociedad. Pero no puede decirse, que todo es negativo, también, se tienen otras percepciones como “la buena remuneración y por ende la respetabilidad de la profesión, y la destreza para los “números” o para las matemáticas” (Grajales, 2007, p. 187) que suele ser una generalidad dentro de los comentarios que habitualmente se realizan a estos profesionales (Tabla 2).
El contador público en la novela.
Obra |
Descripción del Contador |
Contexto |
Ilona llega con la lluvia (Álvaro Mutis, 1988). |
Muestra a un contador que se caracteriza por ser una persona tímida, introvertida, que asume posiciones de desconfianza. Por lo que se suma que sea deshonesto, psicorígido, autómata e infeliz. |
Un burdel en Panamá. |
Los parientes de Ester (Luís Fayad, 1978). |
Da cuenta de la monotonía del ejercicio, lo que conlleva a buscar otros oficios aunque no sean los mejores. |
Bogotá. |
La pianista (Elfriede Jelinek, 1975). |
El contador debe trabajar mucho para que ese lugar medio que ocupa en la pirámide, le permita darse lujos y por ende tenga reconocimiento social. |
Prater vienes, donde se práctica equitación (símbolo de prestigio social). |
Desgracia (John Maxwell Coetzee, 1999). |
Evidencia que el ejercicio contable es oscuro, por lo tanto se pregunta cómo ha sobrevivido y además se aleja de la vida académica. |
Escándalo amoroso de un profesor universitario. |
Sin destino (Imre Kertész, 1975). |
Se describe a un contador que ventajosa, la cual se aprovecha de la situación. Por lo tanto, se evidencia el prejuicio de la práctica contable como engañosa y de estafa. |
Holocausto Nazi. |
El fuego secreto (Fernando Vallejo, 1987). |
Hay una relación directa del contador con el manejo de los números, que implica una actividad monótona. Lo cual termina por expresar la fealdad que hay detrás de los números. |
Isla de San Andrés, se confronto lo romántico con lo profesional. |
El callejón de los milagros (Naguib Mahfouz, 1947). |
Se muestra como los dueños o administradores parten del prejuicio de que, el contador hace prácticas indebidas terminando en la acción delictiva. Allí, se trata de mostrar la desconfianza que se tiene en los profesionales. |
Callejón comercial, en el Cairo-Egipto. |
El libro de un hombre solo (Gao Xingjian, 2002). |
El ejercicio profesional de la contaduría pública, se entiende como un ejercicio fácil y práctico, que no implica el uso de estudios previos. Además, si se parte de un contexto socialista que elimina la remuneración, éste ejercicio carece de prestigio social. |
País con una economía socialista. |
Juventud (John Maxwell Coetzee, 2002). |
Se muestra un hombre gris que asume una práctica profesional monótona y que goza de estatus social, se considera alguien respetable, por su excelente remuneración. |
Un universitario que piensa viajar por el mundo como artista y usa la contaduría mientras esto sucede. |
Fuente: Elaboración propia a partir de Grajales (2007).
Estas novelas son la muestra de una imagen del profesional de contaduría pública con una personalidad poco sociable que se viene manteniendo desde mediados del siglo XX, puesto que se presenta a un contador público psicorígido, monótono, trabajador, responsable, gris y con poco prestigio social; prueba de la brecha existente entre la imagen gris del profesional y las calidades que lo hacen merecedor de la confianza pública a nivel local e internacional (Jones & Dosanjh-Zucker, 2018; Scarcella, 1996). Tal descripción corresponde al contador como una fotografía del pasado “la vieja imagen del contable con la cabeza hundida entre montones de libros mayores —el Caspar Milquetoast obsesionado por los números— parece real” (Stevens, 1982, p. 29).
Es importante resaltar que aunque la contabilidad ha sido una disciplina milenaria, su ejercicio o práctica como profesión ha sido muy reciente, de acuerdo con Kirkham y Loft (1990), fue gracias a las sociedades de contadores Inglesas que se logró a finales del siglo XIX pasar de ser una ocupación comercial (tenedor de libros —bookkeeper) a una profesión establecida (contador-accountant). En este orden de ideas, las primeras firmas en Estados Unidos fueron el resultado de inmigrantes ingleses que eran contadores o auditores y garantizaron la expansión de este ejercicio profesional en el mundo, por ello, Suárez (2017) indica que ha gozado de un reconocimiento notable en ámbito de los negocios, al igual que Stevens (1982) en su libro las 8 grandes, esta descripción responde en el tiempo a la primera mitad del siglo XX.
Franco (2007) ha señalado que han sido los escándalos empresariales de Enron, Parmalat, Tyco, IBM, Microsoft, Toshiba, Odebrecht, Interbolsa por mencionar algunos, sumados a las distintas crisis financieras los que han ido minando de forma repetitiva la imagen respetable del Contador y Auditor, por ello, parte de estas novelas dan cuenta de aquellas situaciones que han ido quedando en la memoria de las sociedades a lo largo de la historia, indicando desde afuera, las situaciones a que son expuestos los contadores en su ejercicio profesional.
Esto indica la necesidad de mantener una independencia mental y garantizar un comportamiento integral, para que las nuevas historias que se escriban agreguen una perspectiva más favorable, más real a cómo se ha ido articulando el ejercicio contable a las necesidades de información financiera y no financiera de las partes interesadas, para reflejar las esferas de poder económico mundial, construyendo un escenario laboral que sigue siendo atractivo para los jóvenes universitarios.
Imaginario del Contador en la poesía
Escribas, oficinistas o contables, no importa la forma en que se le nombre si ello implica su relación con los números y la contabilidad. Poetas como Mario Benedetti y Kostas Kariotakis trabajaron como oficinistas, por ello lo que sus poemas “tienen en común es la vida gris del oficinista, con su rutina diaria, con su mediocridad y estancamiento” (Voutsa, 2008, p. 513); ellos utilizan un lenguaje sencillo que recuerda las pequeñas preocupaciones del cotidiano quehacer, las cuales, entre libros, números y cuentas hacen del oficio contable una actividad constante y de responsabilidad. Benedetti dejará plasmada su experiencia en Poemas de la oficina (1953-1956) y La tregua (1960); por su lado Kariotakis en Nipenthí (1921) y Elegías y Sátiras (1927).
Como lo analizó Voutsa (2008), estos autores muestran desde sus versos la burocracia y la esclavitud del trabajo que conocieron en su experiencia como oficinistas; por ejemplo Benedetti en Poemas de Oficina incluye poemas titulados Sueldo, Realismo Oficinesco, Dactilógrafo, Licencia, Directorio, Aguinaldo, y Kariotakis en Sátiras dedica un poema a los Funcionarios Públicos, en Elegías al Trabajo Asalariado, y en Nipenthí al Escríbano. Tanto los títulos como los versos plasman al oficinista como un hombre fracasado, sumiso y obediente, el cual finalmente acaba derrotado y solitario en medio de una taberna.
En Benedetti se refleja más esa imposibilidad de desprenderse de la labor, porque en el poema Después se refiere a que luego de su jubilación “nadie pedirá informes ni balances ni cifras y solo tendré horario para morirme” (Benedetti, citado por Voutsa, 2008, p. 517) como el momento en el cual, dejará de realizar una labor que le ha absobido la vida. También se ha referido a este trabajo describiéndolo de la siguiente forma:
Durante la semana no tengo tiempo. Cuando llego a la oficina me esperan cincuenta o sesenta asuntos que debo convertir en asientos contables, estamparles el sello de contabilizado en fecha y poner mis iniciales con tinta verde. A las doce tengo liquidados aproximadamente la mitad y corro cuatro cuadras para poder introducirme en la plataforma ómnibus (Benedetti, 2000, p. 16).
Según Voutsa (2008), otros poetas se han referido a la labor de oficinista sin serlo, entre estos está Constantinos Cavafis en Monotonía (1908), “monótono, exactamente igual sigue. Sucederán las mismas cosas, de nuevo volveran a suceder. Los instantes —idénticos— nos hallan y nos dejan” (Voutsa, 2008, p. 524); y Rafael Morales en el poema La oficina, que pertenece a La máscara y los dientes (1962): “Y el hombre ante su mesa con un mar de papeles que exigen, que demandan, que ruegan, que lamentan, escribe largas cartas, sin corazón, con números” (Voutsa, 2008, p. 525). Esa rutina, aquella que quita la vida y vuelve la existencia un martirio, es la referencia que hacen los poetas del trabajo que termina desarrollando un contable.
Imaginario del contador en el cómic y la sátira
En cuanto a los cómics, se puede encontrar en Mafalda, la tira cómica argentina de Quino “Mafalda”, donde el padre de Mafalda de acuerdo con Cosse (2014), “trabajaba en una oficina poblada por otros empleados, ocupándose de gordos libros de contabilidad. Ganaba un ingreso suficiente para cubrir las necesidades de su familia” (p. 51), y resalta la “tarea rutinaria y repetitiva simbolizada en el libro contable” (Cosse, 2014, p. 51). Esta es una manera, recuente para describir el quehacer de un contador y a su vez, un referente de la empresa para reconocer que es un empleado de confianza, que se compromete mes a mes a entregar la información financiera para la toma de decisiones.
Por otro lado, Da Costa et al. (2011) analizaron cómics en el periodo 1925-2003 encontrando cómo describen al contador, a la contabilidad y a los usuarios de la información. De las 158 observaciones realizadas, 126 corresponden a percepciones del contador, que evidencian, en su mayoría un imaginario negativo del contador (Tabla 3).
Imaginario del contador en el cómic.
Actores |
Tipos |
Atributos |
Observaciones |
|||
Grupos |
Subgrupos |
Neg |
Neu |
Pos |
||
Contador |
Contador público y contador privado |
Valores morales |
Deshonesto |
18 |
|
|
Codicioso |
7 |
|
|
|||
Personal |
Poco atractivo |
18 |
|
|
||
Obsesivamente enfocado en los números |
4 |
|
|
|||
Profesional |
Burocrático |
21 |
|
|
||
Servil |
20 |
|
|
|||
Falta de prestigio |
18 |
|
|
|||
Empoderado |
|
|
9 |
|||
Mando y control sobre la vida de la gente |
6 |
|
|
|||
Aburrido |
6 |
|
|
|||
Creativo |
|
|
3 |
|||
Rol social como fiscal |
|
3 |
|
|||
Auditor |
Profesional |
Autoridad; mando; control; miedo |
1 |
|
|
|
Complicidad |
1 |
|
|
|||
Agente Tributario |
Valores morales |
“Chico malo” |
6 |
|
|
|
Profesional |
Poderoso |
|
|
17 |
||
Totales 158 |
126 |
3 |
29 |
|||
Fuente: Elaboración propia a partir de Da Costa et al. (2011).
Adicionalmente, en las series animadas también se pueden encontrar representaciones del contador. Por ejemplo, el Capítulo 5 de la Temporada 24 de “Los Simpson” titulado Los mafiosos, muestra un contador que debe sacrificar momentos de esparcimiento por su trabajo, asustadizo, poco empoderado, sentimental e ingenuo respecto al negocio de la mafia (Sari, 2018; Fijri, 2018; Nugraheni & Purwanti, 2016).
Algunas representaciones satíricas del contador.
Comentario o representación |
Fuente |
“... muchas entradas no parecen como si fueran a encajar, pero si las empujas un poco parecen deslizarse de todos modos”. |
(Gunning, 1980, p. 36). |
“... Dos compañías, resultados idénticos, hasta que Rodney Ledger entra en escena”. |
(Grifliths, 1986, p. 90) . |
Los contadores (vestidos como cocineros) literalmente cocinar los libros; el ingreso se alisa literalmente con un hierro; y el balance se juzga inadecuado porque “incluso un niño podría entenderlo”. |
(Coffman & Jensen, 1982-89). |
“Los contadores en exceso se convierten así en consultores de la nación. Ellos le dicen cómo ejecutar su trabajo y cómo reducir los impuestos: Ellos cuentan con una riqueza de conocimiento raro, en cada rama de las finanzas. También está equipada para dar consejos como Dorothy Rix en Romance”. |
(Austin, 1986, p. 35). |
“Parece que algunos contadores han adquirido grandes habilidades que justifican las deducciones fiscales donde no existen motivos lógicos - el llamado truco de cuerda. Su consejo es a menudo buscado por miembros de Big business. Los expertos fiscales son por lo tanto comparables en estatus a los hombres de la medicina de los Babiras”. |
(Tower, 1975, p. 38). |
“Sólo un contador podría atrapar a Al Capone”. |
(Accounting Historians Notebook, 1989, p. 23). |
“Todos los problemas del contable tienen un origen común: ya no se perciben como imparciales. Demasiado a menudo parece que se están inclinando hacia atrás para ayudar a las personas que escriben sus cheques, los gerentes, en lugar de las personas que pagan por ellos, los accionistas”. |
(The Economist, December 1990, p. 15). |
Los auditores “son mejores cuando se aburren”. |
(The Economist, 1990, p. 15). |
Abe Briloff cuenta la historia de una corporación que buscaba un auditor: El presidente se figuraba que podía liquidar el asunto preguntando a las firmas de CPA cuánto son dos y dos. Todas las firmas dijeron invariablemente que cuatro. Finalmente, cuando se encontró con la última firma de la lista, planteó de nuevo la pregunta: “¿Cuánto son dos y dos?” Esta vez la respuesta fue más de su agrado: “¿En qué está usted pensando?” |
(Stevens, 1982, p. 79). |
Fuente: Elaboración propia a partir de Bougen (1994) y Stevens (1982).
Otro estudio que vale la pena revisar, es el de Bougen (1994), donde recoge algunas representaciones del contador público a través de la sátira y comentarios satíricos que ponen de relieve la complejidad de la práctica contable y la posible participación en la manipulación contable.
Imaginario del contador en el cine
En cuanto al cine, los trabajos de Beard (1994) y Novoa y Varela (2017) realizan una identificación del contador como personaje principal o secundario, para un total de 28 películas, en las que coincidieron en Ghostbusters, Midnight Run y Look Who´s a Talking. Beard (1994) afirma que “desde 1957, los contadores han aparecido como personajes centrales en 16 películas populares” (p. 303). Sin embargo, su aparición en la pantalla grande ha sido en papeles secundarios y no necesariamente en películas de negocios; “se convierten en héroes de Hollywood fuera del ambiente de negocios corporativos, principalmente en películas de amor y romance” (Beard, 1994, p. 305). En los filmes el contador desempeña papeles como “tenedores de libros, preparadores de impuestos y agentes de ingresos federales, así como contadores certificados y autorizados” (Beard, 1994, p. 306), pero normalmente no ocupa cargos directivos.
Beard (1994) determinó tres roles desempeñados por el contador en el cine: 1) personaje de humor, 2) caracterización de la personalidad y 3) participante en el desarrollo de la trama:
Por su parte, Novoa y Varela (2017) revisaron 15 películas, de estas encontraron que en el ámbito personal el contador, por un lado, es amable, callado y tímido y por el otro: inseguro, aburrido, torpe, egoísta, y solitario. Con respecto al ámbito laboral, se presentan valores como: responsabilidad, dedicación, honestidad y oportunidad, pero la cara oscura se ve reflejada en actividades de falsificación, su personalidad ambiciosa y embaucadora.
Se puede decir que la clasificación que recoge una mirada positiva del contador, lo encuentra como eje central del desarrollo de la trama, como lo plantea Beard (1994), pues allí, se evidencia la importancia que tienen los conocimientos de contabilidad, legislación y matemáticas para resolver situaciones legales que ignoran la sociedad y los organismos estatales, a través de los libros contables y la información financiera que sirve como prueba de la actuación de personas y compañías en el ámbito económico. Tal fue el caso de las películas The Mating Game (1959), Untouchables (1987), La lista de schindler (1993) y El contador (2016) donde el ejercicio profesional contable tiene un gran reconocimiento por el uso de la contabilidad en favor de la justicia.
Figura 1. Películas en las que aparece el contador.
Fuente: Elaboración propia a partir de Beard (1994) y Novoa y Varela (2017).
De acuerdo con la Figura 1, las 29 películas que documentan el ejercicio del contador, se clasifican así: humor (5), carácter (14), y trama (10). Independientemente de la categoría que se trate, siempre se podrá identificar elementos descriptivos de la personalidad del contador ya sean positivos, neutrales o negativos, por ello, en la segunda categoría, carácter, hay más películas que en las otras, puesto que el contador no juega un papel principal y es más evidente su personalidad al igual, que, en humor, que es la que menos tiene. En cuanto a la trama, el contador tiene un papel principal, porque sus acciones determinan el desarrollo de la historia, aunque se presenten como buenos o malos, en la medida que prestan servicios profesionales a personas, empresas, Estados y organismos al margen de la ley (Jeacle, 2009; Umukoro, Eluyela, Ozordi, Inua & Balogun, 2020).
Discusión
El contraste: El contador en el mundo de los negocios y el CPI
Si se analiza el mundo de los negocios se puede encontrar la imagen de un hombre ejemplar, donde la apuesta de las grandes firmas multinacionales, es un contador inteligente, social y que se mantiene ocupado buscando nuevos negocios. Este imaginario construido por “las cuatro grandes”, o para el siglo XX “las ocho grandes”, fue documentado por Stevens (1982). Hay que traer a colación la frase célebre del A. C. Ernst, fundador de Ernst & Whinney (hoy Ernst & Young): “sin personalidad, un contable, puede parecerse a una comida sin aroma” (Stevens, 1982, p. 48). Es decir, un contador no puede ser algo incipiente, gris y mucho menos sin clase, si se trata de quien asesora a los empresarios de las grandes compañías del mundo, debido a que mientras exista el ente económico estará presente el contador para generar tranquilidad a los stakeholders. Una imagen del contador de las firmas es la siguiente:
Mi vecino es un socio de la Touche Ross, y juro que nunca he visto a un hombre trabajar del modo que él lo hace. Su vida es un enorme remolino social. Pertenece a dos clubs de campo locales, está en la junta de dos obras de beneficencia, es miembro de los PTA (Parent-Teachers Association) y participa de la Community Day anual. Mi esposa me dice que siempre está dando vueltas por la ciudad, yendo de una reunión a otra. Cada vez que me tomo un día libre, veo su cara en las pistas de tenis. Es un chico agradable —diablos, lo es— y sospecho que por esto le pagan tantísimo dinero: para hacer vida social. Probablemente consigue negocios a carretadas. Esto es todo lo que tienen que hacer estos chicos de las ocho grandes (Stevens, 1982, p. 23).
Stevens (1982) afirma que “la contaduría pública ha perdido su deslucida imagen y ha surgido como una profesión sexy con algo más que su parte de dinero y poder” (p. 22) ya que no se trata de compañías de cualquier tipo, se trabaja en firmas multinacionales de auditoría que están en cualquier parte del planeta. “Hoy los socios de los ocho grandes cenan a las nueve, vuelan por todo el mundo y se codean con jeques, príncipes y presidentes” (Stevens, 1982, p. 22). Otra evidencia de la percepción positiva del contador en el mundo de los negocios se encuentra en una encuesta analizada por DeCoster y Grant (1971):
Una encuesta más reciente de 517 ejecutivos de la industria manufacturera tipificó a los Contador Publico Certificado CPAs como “con mucha capacidad ... en una dirección muy limitada”. Cuando se les pidió que calificaran el CPA de su compañía en cada una de varias características listadas independientemente, el 84 por ciento de los ejecutivos sentía que su CPA tenía altos estándares profesionales, el 71 por ciento lo veía como un consejero valioso, el 63 por ciento pensaba que era muy inteligente y el 47 por ciento sentía que manejaba bien a las personas. Por el contrario, el 4 por ciento consideró que su CPA era poco imaginativo y el 2 por ciento dijo que molesta a la gente. En una evaluación separada, el 22 por ciento de los ejecutivos consideró su CPA un mal necesario, el 73 por ciento lo vio como alguien que contribuye a la rentabilidad de su empresa, y el 5 por ciento restante no comprometido (p. 652).
Los mismos autores revisan el Inventario Psicológico de California (CPI), un test psicológico que incluye medidas de elegancia, poder y seguridad en sí mismo; socialización, madurez y responsabilidad; potencial de logro y eficiencia intelectual; y de modos intelectuales y de interés. El CPI arroja resultados que desvirtúa el extendido imaginario negativo del contador:
Las comparaciones revelaron que los CPA poseían perfiles de personalidad más altos en comparación con muestras de vendedores, gerentes de bancos, ejecutivos de negocios, superintendentes de escuelas de ciudades, arquitectos y oficiales militares-negando parcialmente la validez del estereotipo del contador como aburrido, cauteloso, frío y distante. (…) Los atributos de estereotipos negativos de las relaciones interpersonales pobres y la socialización simplemente no surgieron. Dado que los CPA tienen una puntuación significativamente mayor que varios grupos de comparación sobre las escalas de la sociabilidad, la autoaceptación, la socialización, el autocontrol, la buena impresión, la mentalidad psicológica y la flexibilidad. El estereotipo del contador puede no sólo ser injustificado, también puede ser inapropiado (DeCoster & Grant, 1971, p. 661).
Finalmente, se reflexiona que el CPI desvirtúa a través de sus resultados los imaginarios negativos del contador y resalta que el contable desarrolla perfiles de socialización, el autocontrol, la buena impresión, la organización y la flexibilidad. Situación que favorece la percepción positiva del contador en el mundo de los negocios.
La existencia de un imaginario social colectivo en torno al ejercicio contable, ha estado determinado por fuera de la esfera misma de quienes ejercen esta profesión (Machado & De Andrade, 2005), es decir, no son los involucrados quienes explican ¿Cómo son? sino que es la sociedad, la que ha construido su propia imagen en razón a su comportamiento personal, profesional y social en los entornos en que se desenvuelven, describiendo ¿Cómo los ven? Las formas que sintetizan de manera concreta estas lecturas del contador público han sido las expresiones artísticas como: la novela, el comic y el cine, debido al fácil acceso en la era de la información y a su masiva propagación por las redes sociales.
Jeacle (2008) consideró que han sido las Firmas de Auditoría las que han dado color, prestigio y reputación positiva a los contables, pues se ha preocupado por considerar diversas actividades para sus socios y empleados que garantice espacios de socialización donde se pierda de vista ese imaginario gris. Es de resaltar, que la alta participación de las Big Four o Firmas de Auditoría en el mercado, a partir de los servicios profesionales de contabilidad y de aseguramiento de la información ha creado marcas, que ha implicado, pensar la imagen de los constructores de información financiera y no financiera, ya que a través de ésta se consolidan los resultados sobre la riqueza patrimonial individual y colectiva que se transa en el mundo de los negocios.
De acuerdo con Brand Finance (2021), la marcas Deloitte, PwC, EY y KPMG se ubicaron en los puestos 56, 74, 83 y 148 respectivamente del Top 500 en 2021, lo cual muestra que “la credibilidad, la reputación y el valor de la marca construidos en el mercado, le permitirán a los profesionales de servicios (…) establecer nuevas propuestas de valor” (Brand Finance, 2021, p. 78). El imaginario del profesional contable en el mercado ha ido consolidándose desde otra perspectiva, que no se contemplaba en las expresiones del arte como la novela y la poesía; pues los círculos en los cuales se muestra como un ejercicio de prestigio y confianza se ubica en esferas de decisión de las organizaciones, llevando la parte operativa a los cargos técnicos que no son objeto de estudio de este trabajo.
Conclusiones
Esta exploración sobre el imaginario del contador público revela que la imagen que se tiene de éste, depende del contexto desde el cual se examine; existen lecturas diferentes en las expresiones artísticas, novela, poesía, cómic, sátira y cine que no se corresponden con el mundo de los negocios y la psicología. En cuanto a las expresiones artísticas predomina una imagen negativa por la complejidad y monotonía de su actividad, su personalidad gris y poco sociable, y su participación en acciones fraudulentas de manipulación de las cifras. Sin embargo, algunas referencias desde mundo de los negocios (Brand Finance, 2021) y estudios como el Inventario Psicológico de California muestran un profesional con altas capacidades de socialización, autocontrol y flexibilidad, caracterizado por su importancia a nivel corporativo, prestigio y éxito económico.
La imagen negativa del contador presentada por las expresiones artísticas debe despertar una preocupación en la profesión contable, en la medida en que es manifestación de una realidad que se pretende ocultar: la crisis de confianza en el contador público, acentuada a partir de la gran ola de escándalos empresariales de las últimas décadas, y las debilidades en habilidades comunicativas y socio-afectivas que pueden caracterizar a muchos profesionales. Aunque existen pocas publicaciones que relacionan el ejercicio profesional contable y la literatura, esta línea de estudio puede traer iniciativas interesantes para promover el sentido de pertenencia y el orgullo de ser contador público, en una sociedad que busca cada vez más, agentes de confianza que contribuyan a la protección de lo público y sean un modelo a seguir.
Finalmente, se sugiere que estudios posteriores revisen otras expresiones artísticas como el teatro, la música, la telenovela, la serie y la pintura, y determinar su alcance para la cultura latinoamericana. De igual manera, seria pertinente indagar ¿Cómo esas nuevas expresiones artísticas han influido en los estereotipos actuales del contador público? ¿Cómo se visiona al contador público del futuro, según las diferentes expresiones artísticas?
Agradecimientos y Reconocimientos
El presente artículo es resultado de investigación del proyecto de título homónimo.
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Biodata
Katherine Restrepo Quintero es Contadora Pública del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid (Medellín, Colombia). Magister en Estudios y Gestión del Desarrollo de la Universidad de la Salle (Bogotá, Colombia). Docente de la Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables, Departamento de Contaduría Pública de la Universidad Central. Líder del grupo de Investigación Ataralawaa Amaa de la Universidad Central. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5305-9992
Jehily Ocampo González es Contadora Pública de la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá, Colombia). Magister en Contabilidad y Finanzas de la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá, Colombia). Docente de la Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables, Departamento de Contaduría Pública de la Universidad Central. Colíder del grupo de Investigación Ataralawaa Amaa de la Universidad Central. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0036-853X
Candy Chamorro González es Maestrante en medio ambiente y desarrollo en la Universidad Nacional. Especialista en contabilidad internacional. Contador Público. Líder de la línea de investigación contabilidad, ambiente y desarrollo en la Universidad Católica Luis Amigó. Docente tiempo completo. ORCID: http://orcid.org/0000-0001-7332-8566
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© The author; licensee Universidad de la Costa - CUC.
Económicas CUC vol. 43 no. 1, pp. -138. Enero - Junio, 2022
Barranquilla. ISSN 0120-3932 Impreso, ISSN 2382-3860 Online
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