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Pardo-Nieeto / Cultura, Educación y Sociedad, vol. 12 no. 2, pp. 253-268, Junio - Diciembre, 2021

Conocimientos, prácticas y conductas sexuales en educación superior

Sexual knowledge, practices, and behaviors in higher education

http://dx.doi.org/10.17981/cultedusoc.12.2.2021.15

Recibido: 22 de diciembre de 2020 Aceptado: 10 de marzo de 2021 Publicado: 1 de julio de 2021

Gigliola Pardo-Nieto

Universidad del Atlántico. Barranquilla (Colombia)

gpardonieto@mail.uniatlantico.edu.co

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Para citar este artículo:

Pardo-Nieeto, G. (2021). Conocimientos, prácticas y conductas sexuales en educación superior. Cultura, Educación y Sociedad, 12(2), 253-268. DOI: http://dx.doi.org/10.17981/cultedusoc.12.2.2021.15

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Resumen

La sexualidad es comprendida como una serie de características de orden biológico, psicológico y sociocultural presente a lo largo de la vida de los individuos. El objetivo del artículo es describir los conocimientos, prácticas y conductas sexuales de los estudiantes de una universidad pública de la región Caribe colombiana en el semestre 2020-2. La metodología corresponde a un estudio cuantitativo de tipo descriptivo y corte transversal, realizado con estudiantes de una un en el segundo semestre académico del año 2020, con 354 estudiantes. Se aplicó un cuestionario sobre conocimientos en materia de sexualidad, que analiza aspectos socio­demográficos y sobre las conductas y formación en sexualidad. Los resultados en cuanto a la formación sobre sexualidad y/o planificación familiar, indican que los universitarios mayoritariamente manifiestan haberla recibido (71.5%) y el 57% hace actualmente uso de preservativo, dando cuenta también de prácticas sexuales seguras y conocimientos certeros, que responden a conductas sexuales basadas en la prevención y el autocuidado sexual. Como conclusiones se requiere reflexionar sobre la educación sexual integral que sobrepase el componente psicológico, biológico, médico y reproductivo, direccionándola también hacia temas de género e identidad.

Palabras clave: Sexualidad; prácticas sexuales; conocimientos sobre sexualidad; sexualidad integral

Abstract

Sexuality is understood as a series of characteristics of a biological, psychological, and sociocultural nature present throughout the lives of individuals. The objective of the article is to describe the knowledge, practices and sexual behaviors of the students of a public university in the Colombian Caribbean region in the 2020-2 semester. The methodology corresponds to a descriptive and cross-sectional quantitative study, carried out with students from one university in the second academic semester of 2020, with 354 students. A questionnaire on knowledge about sexuality was applied, which analyzes sociodemographic aspects and on behaviors and training in sexuality. The results regarding training on sexuality and / or family planning indicate that the majority of university students state that they have received it (71.5%) and 57% currently use a condom, also reporting safe sexual practices and accurate knowledge, that respond to sexual behaviors based on prevention and sexual self-care. As conclusions, it is necessary to reflect on comprehensive sexual education that goes beyond the psychological, biological, medical and reproductive component, also directing it towards gender and identity issues.

Keywords: Sexuality; sexual practices; knowledge about sexuality; integral sexuality

Introducción

Las acciones, conocimientos y formación en materia sexual de los universitarios es un tema pertinente de ser abordado, con fines de formulación de alternativas direccionadas al fomento de conductas sexuales saludables que promuevan una sexualidad integral en los individuos. Esto debido a que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019), al menos 1 millón de personas en edades entre 15 y 49 años se contagian cada día por alguna Infección de Transmisión Sexual (ETS) curables, siendo comunes la clamidiosis, gonorrea, tricomoniasis y sífilis, sin presentarse reducciones sustanciales a propósito de este panorama en los últimos 10 años, determinada la misma por las relaciones sexuales sin protección y la desinformación sobre educación sexual, implicando también el aumento de los embarazos no deseados.

En América Latina, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2018), la taza de embarazos no deseados ha aumentado desde el 2015, especialmente en adolescentes. Esto se debe a las limitaciones de acceso a una educación sexual integral. En el entorno latinoamericano, hasta 2014 se estimó que más de 2 millones de personas habían contraído el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), estando esta situación asociada con el desinterés hacia el uso de preservativos y la falta de campañas preventivas y de mejora de calidad de vida de individuos con esta enfermedad. Es importante enfatizar que los informes de los organismos internacionales reconocen que no se ha logrado un gran cambio en la reducción de la contracción de esta enfermedad.

Por otro lado, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2020), la educación sexual integral en las universidades a nivel mundial repercute de manera asertiva en el autoconocimiento y la autoestima, induciendo a jóvenes y adultos hacia comportamientos sexuales más seguros. A pesar de reconocer la relevancia de la educación sexual, muchos individuos no tienen acceso a una educación sexual integral, lo que ha generado desinterés en los universitarios hacia comportamientos sexuales saludables, como lo demuestran las investigaciones realizadas en educación superior:

El estudio de Da Silva et al. (2018) muestra que, en relación con el comportamiento sexual el 80% de universitarios tiene vida sexual activa y el 69.4% que ha tenido más de una pareja sexual sin adoptar la práctica de sexo seguro. Asimismo, entre las mujeres participantes, el 65.8% se ha realizado la prueba de Papanicolaou y el 46.84% la prueba de lucha contra el VIH. Por su parte, el 72.73% de la muestra masculina se ha practicado la prueba contra el VIH y el 81.8% nunca ha tenido relaciones sexuales con mujeres que usan el condón femenino.

Por su parte, Rochigneux (2012) identificó que el 30% de los estudiantes encuentra la masturbación inaceptable. El 65% de los estudiantes encuestados son creyentes y el mismo porcentaje afirma que es importante seguir los principios de la religión cuando se trata la sexualidad. El porcentaje restante demuestra poco conocimiento sobre el autocuidado sexual, cuestión que se ve reflejada a través de sus conductas sexuales inapropiadas como el desuso del preservativo. Se evidencia entonces una influencia de los imaginarios culturales aceptados por las colectividades en cuanto a lo calificado como inmoral; aunque, las prácticas irresponsables como el desuso del preservativo resultan un dato interesante que podría estar asociado con las falencias que presenta la educación para la educación sexual desde los entornos de educación superior, como también conductas propias de la etapa de la juventud.

Otro estudio relevante es el de Saeteros, Pérez y Sanabria (2013), el cual dio cuenta de que la población universitaria indagada fue mayoritariamente joven, solteros y activos sexualmente, presentando los hombres mayores probabilidades de riesgo sexual, desconociendo las medidas efectivas para evitar infecciones de trasmisión sexual, lo cual se ve reflejado en que el 17.8 % nunca utilizó preservativo conservando posturas tradicionalistas ante los temas sexuales, recibiendo consejos e información afín de amigos. Resulta entonces importante, debido a estos resultados, centrar el interés en cómo, desde las universidades, las campañas de prevención han sido abordadas; ese desconocimiento de las medidas efectivas para la prevención de enfermedades debe ser el punto de partida para el planteamiento de propuestas centradas en la búsqueda de abarcar una educación sexual integral universitaria.

Investigaciones a nivel internacional también han mostrado una preocupación por la poca formación respecto a la sexualidad y prácticas sexuales insanas en los contextos universitarios, destacando siempre que, al estudiante poseer pocos conocimientos sobre el autocuidado y la vivencia de una sexualidad integral, el aumento de las ETS va en auge, sin aplicarse en Educación Superior programas específicos en la educación sexual integral, las implicaciones de no utilizar protección y los distintos tipos de enfermedades a las que está expuesto el universitario tras la actividad sexual insegura (Reyes, Barrera, Castillo y Llivina, 2019; Rolando y Saidmann, 2013; Saeteros et al., 2013; Luisi, 2013; Moreno, 2018; Kohen, 2018; Morgade, 2017; 2011).

En el contexto colombiano, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud realizada por el Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud, 2015), con una muestra de 92 799 personas, permitió identificar que el uso del condón masculino fue del 8.7% en hombres de 13 a 49 años con algún tipo de relación sentimental, mientras que el 4.1% practicaba el coito interrumpido. Por su parte, el informe evidenció que el 39.6% de las mujeres encuestadas tuvo su primera relación sexual antes de los 20 años y en los hombres la tendencia fue hacia antes de los 15 años (35.6%). Otro dato de interés es el conocimiento sobre la ETS VIH/SIDA, observando que el 37.1% de las mujeres encuestadas reconoce sus implicaciones y maneras de transmisión y por parte de los hombres, el 33.7%; también, el 42.6% de las mujeres reportó conocer dos o más síntomas de ETS y los hombres con un 42%. Con respecto a la educación sexual integral, el informe muestra que el 11.2% de las mujeres ha accedido o recibido información/formación sobre temas relacionados con la sexualidad, siendo el promedio de hombres del 10.9%.

Las investigaciones realizadas en universidades colombianas reportan un alto índice de conductas sexuales inapropiadas que potencializan la contracción de ETS a pesar de llevarse a cabo campañas de prevención y educación sexual. Es importante, tras lo anterior, el abordaje de las ETS, teniendo en cuenta su importancia en el marco de comprender cuál es la raíz seminal de estos altos indicadores, asociados a conductas de la población universitaria que pueden denotar desconocimiento o desinterés sobre éstas y su prevención.

Con esto, según González y López (2015), los conocimientos en educación sexual recibidos por los universitarios son de corte biomédico y sanitario, lo que ha causado desinterés en el estudiantado puesto que se simplifica y fragmenta la educación sexual integral. Asimismo, identificaron que los conocimientos sobre sexualidad que poseen los universitarios están influenciados especialmente por sus relaciones interpersonales cercanas, más que por la familia o las creencias religiosas. Para Duque (2016) cuando se habla de sexualidad han prevalecido unos discursos sobre otros y eso corresponde a que, desde la escuela colombiana, se ha inculcado esta temática a partir de aspectos morales, éticos, religiosos, higienistas, legales y psicológicos radicales y unívocos.

Por su parte, Roa (2017) hace énfasis en la incidencia de la educación básica y media en la concepción sobre sexualidad que poseen los universitarios, dejando de lado la raíz seminal (la familia) como entorno educador sobre estos temas, lo cual, debido a la rigidez curricular y a la dirección biomédica de la sexualidad, ha generado -a modo de acto de rebeldía- las prácticas sexuales desmedidas, sin ningún tipo de interés hacia el cuidado de sí y el pensar en la otredad, por lo que es preciso que las universidades propongan alternativas educativas en materia de sexualidad que superen las esferas psicológica y biomédica.

En cuanto a estudios cuantificables, Herrera et al. (2018) describen los conocimientos y prácticas sexuales de estudiantes de una universidad del suroccidente colombiano, lo que conllevó a develar que, de 415 estudiantes, el 62% posee conocimientos deficientes o equívocos sobre salud sexual y reproductiva, iniciando el 78% de los encuestados su vida sexual a partir de los 16 años y utilizando el 70% preservativos en su primera relación sexual y, hasta el momento de ser encuestados, casi la totalidad utilizaba al menos un método de planificación familiar, especialmente universitarios homosexuales y bisexuales; estos datos fueron identificados a través de una encuesta creada por un comité de expertos en materia de sexualidad de dicha institución, al igual que profesionales de la salud. Por su parte, Baiz, Morales y Pereyra (2016) precisaron en el bajo número de universitarios que utilizaron preservativo en su primera relación sexual, “descendiendo aún más conforme avanzaban en su vida sexual y cuando realizaban otras prácticas como pueden ser el sexo oral y el sexo anal” (p. 193), y también se evidencia un aumento cuando se declaran homosexuales, viven solos o el nivel de educación de las figuras de autoridad poseen poca formación académica.

Cabe destacar además, el informe de la entidad Profamilia detallado por Sánchez et al. (2020), realizado con 3 459 mujeres mayores de 18 años en medio de la pandemia por COVID 19, mostrando que, el 28% tuvo una necesidad de atención en salud sexual y reproductiva sin poder ser atendidas por su condición socioeconómica o por el aislamiento obligatorio; asimismo, el 20% tuvo una necesidad desatendida de anticoncepción, lo que podría incidir en el aumento de los embarazos no deseados. Esto da cuenta de la necesidad de priorizar y adaptar a la actual situación de salud mundial y pública, la prestación de servicios relacionados con la planificación familiar, las pautas de autocuidado sexual, entre otros temas relacionados con la salud sexual.

En lo que respecta a la ciudad de Barranquilla (Colombia), investigaciones realizadas en entornos universitarios como la de Badillo-Viloria, Mendoza-Sánchez, Barreto y Díaz-Pérez (2020), con una muestra de 235 estudiantes, identificó que el 87% había practicado una o varias veces comportamientos sexuales de riesgo tales como “sexo vaginal sin condón (73%), fellatio sin condón (60.3%), número de parejas con quién tienen comportamientos sexuales (66.2%) y experiencias sexuales inesperadas (54.4%)” (p. 446). Se observó también que el 63% de los encuestados inició su actividad sexual antes de cumplir 18 años. Es de resaltar que muchos de los estudiantes conviven en residencias universitarias, sin supervisión de familiares, lo que posibilita mayormente los comportamientos sexuales inseguros.

Autores como Navarro y Barcelo (2013) consideran que, en la ciudad, la formación en educación sexual al estudiantado es insuficiente, reflejándose esto especialmente en los adolescentes escolarizados quienes, al ingresar a la universidad, dan cuenta de estas limitaciones en cuanto a conocimientos sobre sexualidad, reflejados en sus prácticas sexuales inseguras. Esto, según los investigadores, se atribuye también a los conocimientos brindados en el hogar, considerando que muchos padres no cuentan con un nivel educativo para inculcar de manera clara y pertinente en los niños, adolescentes y jóvenes prácticas seguras de cuidado sexual o pautas para una vida sexual plena e integral. También corresponde a la incidencia de la estructura familiar y las amistades.

Por último, el estudio realizado por Campis (2014) considera que la dificultad está en afirmar que la enseñanza sobre sexualidad corresponde a las escuelas, haciéndose a un lado la familia, habiendo cada vez menor disposición de estos hacia inculcar conocimientos para una sexualidad plena y segura. A su vez, establece que el problema se agudiza cuando sucede que la familia pretende refrenar o prohibir en vez de educar. Es importante resaltar también que las investigaciones realizadas en el entorno estudiado, relacionadas con las conductas o prácticas saludables/insanas de los universitarios han sido desde la percepción de la imagen corporal y estilos de vida saludable (Nieto-Ortiz y Nieto, 2020a; 2020b; Nieto, Nieto y Pardo, 2020) y desde el cuerpo sexuado, es decir, desde la subjetividad (Cantillo, 2015; 2018), como también la atención a problemas psicosociales (Nieto-Ortiz y Nieto-Mendoza, 2020c).

De esta forma, el objetivo de esta investigación es valorar los conocimientos, prácticas y conductas sexuales de los estudiantes de una universidad de la región Caribe colombiana, en el semestre 2020-2. Este estudio se centra entonces en la descripción de aspectos de la sexualidad de los universitarios permitiendo identificar necesidades que sean útiles para un póstumo planteamiento de propuestas desde la educación sexualidad integral.

Metodología

Diseño y participantes

Estudio cuantitativo de tipo descriptivo y corte transversal (Hernández, Fernández y Baptista, 2014) realizado con estudiantes de una universidad de la región Caribe colombiano, en el segundo semestre académico del año 2020 de todas las facultades adscritas a la misma, por lo que se tuvo en cuenta a la población estudiantil matriculada en el mencionado semestre. Esta población cuenta con estudiantes de diversas ciudades del país, en su mayoría del departamento del Atlántico, en todas las condiciones socioeconómicas. De esta manera, se seleccionó una muestra aleatoria simple conformada por trescientos cincuenta y cuatro (354) universitarios, teniendo en cuenta criterios de escogencia como: ser estudiante activo en el semestre 2020-2, que contaran con conexión a internet y el conocimiento básico para responder cuestionarios en formato Google Forms.

Instrumento

Se aplicó la versión en castellano del cuestionario sobre conocimientos de sexualidad responsable en jóvenes, avalado por concepto de jueces, un equipo multidisciplinar conformado por una enfermera, una matrona, un médico de familia y un psicólogo y otros expertos. El instrumento fue validado por León-Larios y Gómez-Baya (2018), con una muestra de 3 449 universitarios, lo que permitió la obtención de un índice de confiabilidad de 0.9.

El cuestionario en mención está clasificado en dos partes: la primera contiene aspectos o variables sociodemográficas y la segunda el patrón de conducta sexual de los jóvenes. Asimismo, se incluyeron 9 afirmaciones con la intención de valorar los conocimientos de los universitarios con relación a las conductas de cuidado sexual. Este instrumento, además, fue clasificado de acuerdo con los siguientes criterios:

Previo a la aplicación del instrumento, se solicitó consentimiento informado a los universitarios participantes vía web, el cual debía ser diligenciado y remitido a los investigadores con la correspondiente firma. Posteriormente, se solicitó el diligenciamiento del cuestionario sobre conocimientos de sexualidad responsable.

Consideraciones éticas

Esta investigación fue aprobada por el Comité de Ética del contexto universitario abordado, adaptándose además a las disposiciones establecidas en la Resolución 8430 (1993) del Ministerio de Salud y Protección Social de la República de Colombia (art. 11), requeridas para el estudio con humanos, clasificando el estudio como sin riesgo. Se notificó a los estudiantes previo al desarrollo del cuestionario la protección de la identidad y la manipulación responsable de los datos.

Análisis estadístico

Al obtener la información, se procedió a la correspondiente tabulación y procesamiento por medio del software IBM SPSS (versión 23). La interpretación de los datos se realizó mediante un análisis estadístico univariado, midiendo las variables en escala nominal y describiendo los datos mediante frecuencia y porcentaje.

Resultados

Los principales resultados se evidencian a continuación:

Aspectos sociodemográficos de la muestra

Tabla 1.

Características sociodemográficas de la muestra.

Características Sociodemográficas

Valores

n

%

Sexo

Masculino

168

47.5%

Femenino

186

52.5%

Edad

16-20

108

30.5%

21-25

183

51.7%

26-30

36

10.2%

>30

27

7.6%

Facultad

Bellas Artes

41

11.6%

Ciencias Básicas

22

6.2%

Educación

157

44.4%

Ciencias Económicas

40

11.3%

Ciencias Humanas

16

4.5%

Ciencias Jurídicas

20

5.6%

Ingeniería

45

12.7%

Arquitectura

1

0.3%

Química y farmacia

2

0.6%

Nutrición y Dietética

10

2.8%

Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 1 se presentan las características sociodemográficas de la muestra estudiada, conformada en su mayoría por mujeres (52.5%). En la edad fue notoria una tendencia mayor en el rango 21 a 15 años (51.7%) y menor en edades superiores a los 30 años (7.6%), siendo el promedio de edad de 18.8 años. Con respecto a la facultad en la que encontraba la carrera cursada, la frecuencia estuvo inclinada hacia las Ciencias de la Educación (44.4%) y en menor medida la de Arquitectura (0.3%).

Tabla 2.

Características del entorno familiar y otros aspectos.

Características del entorno familiar y otras

Valores

n

%

Prácticas religiosas

Católica practicante

63

17.8

Católica no practicante

130

36.7

Cristianismo

28

7.9

Ateo(a)

32

9

Otra

101

28.5

Domicilio durante el desarrollo de las actividades universitarias

Domicilio familiar

317

89.5

En pareja

17

4.8

Piso compartido

14

4

Residencia universitaria

6

1.7

Estructura familiar

Con familiares

63

17.8

Familia monoparental (solo padre o madre)

53

15.0

Familiar nuclear

162

45.8

Padres divorciados y separados

76

21.5

Nivel de estudios de la madre

Estudios básicos

151

42.7

Estudios intermedios (Carreras técnicas, tecnólogos)

124

35.0

Estudios universitarios

79

22.3

Nivel de estudios del padre

Estudios básicos

179

50.6

Estudios intermedios (Carreras técnicas. tecnólogos)

96

27.1

Estudios universitarios

79

22.3

Fuente: Elaboración propia.

Por otro lado, en cuanto a la caracterización de aspectos familiares y otras (Tabla 2), se evidencia que las prácticas religiosas en el hogar corresponden en mayor medida a la religión católica no practicante (36.5%) y con menos tendencia, el cristianismo (7.9%). El domicilio en el que el estudiante vive durante el desarrollo de las actividades universitarias corresponde mayoritariamente al domicilio familiar (89.5%). La estructura familiar o las personas con las que convive actualmente el estudiante, está conformada por familia nuclear con un 45.8%. A propósito de los niveles de estudio de la madre, el 42.7% cuenta con formación básica al igual que el padre, aunque con una ponderación del 50.6%.

Formación y conocimientos sobre sexualidad

Tabla 3.

Fuentes de formación sobre sexualidad de los universitarios.

Formación sobre sexualidad

Valores

n

%

¿Has recibido algún tipo de formación sobre sexualidad y/o planificación familiar?

Si

253

71,5

No

101

28,5

Si tienes alguna duda sobre sexualidad y/o planificación familiar. ¿A quién recurres?

Expertos en salud

215

60,7

Amigos

92

26,0

Familia

47

13,3

Fuente: Elaboración propia.

Con relación a la formación en sexualidad (Tabla 3), el 71.5% de los estudiantes manifiesta haber recibido algún tipo de formación sobre sexualidad y/o planificación familiar, recurriendo en gran medida a expertos en salud para resolver dudas sobre estos temas (60.7%).

Tabla 4.

Conocimientos sobre sexualidad en universitarios.

Afirmaciones

Valores

Verdadero

Falso

n

%

n

%

La marcha atrás es un anticonceptivo bastante seguro.

40

11

314

89

Si se lava con cuidado podemos utilizar el preservativo varias veces.

0

-

354

100

Para utilizar anticonceptivas hormonales se ha de acudir a un centro sanitario.

302

85

52

15

Tener relaciones sexuales completas durante la regla es un método seguro para evitar el embarazo.

0

-

354

100

Las pastillas anticonceptivas son eficaces si se toman antes de cada relación.

73

21

281

79

Tomar pastillas anticonceptivas protege frente a las Enfermedades de Transmisión Sexual.

9

3

345

97

El único método anticonceptivo que protege de las Enfermedades de Transmisión Sexual es el preservativo.

313

88

32

9

Todas las mujeres sexualmente activas tienen que hacerse citologías anuales.

328

93

26

7

Las Enfermedades de Transmisión Sexual son poco frecuentes en nuestra sociedad.

10

3

335

95

Fuente: Elaboración propia.

Ahora bien, en la Tabla 4 se muestran los resultados relacionados con los conocimientos de los universitarios sobre las conductas sexuales adecuadas, identificando que, el 89% considera que la marcha atrás no es un anticonceptivo bastante seguro. Todos los universitarios están de acuerdo en considerar que lavar con cuidado el preservativo posibilita que este se use varias veces. En cuanto al uso de anticonceptivas hormonales con previa asistencia a un centro sanitario, el 85% de la muestra lo considera pertinente. A la afirmación relacionada con el tener relaciones sexuales durante la regla es garante de evitación del embarazo, el total de la muestra asume esta postura como falsa. Sobre las pastillas anticonceptivas y si su eficacia depende de que sean tomadas antes de cada relación, el 79% manifiesta que es falso. Al obtener su consideración sobre si consideran que las pastillas anticonceptivas previenen las ETS, el 97% manifiesta no es así. Con respecto a si el preservativo es el único método para la protección ante ETS, el 88% considera que es cierto. A la afirmación todas las mujeres sexualmente activas tienen que hacerse citologías anuales, el 93% está de acuerdo con esta consideración. Finalmente, al consultar sobre su percepción con respecto a que las ETS son poco frecuentes en la sociedad, el 95% está en desacuerdo con la aseveración.

Conductas y prácticas sexuales

Tabla 5.

Conductas y prácticas sexuales de los universitarios.

Conductas y prácticas sexuales

Valores

n

%

Orientación sexual

Bisexual

36

10.2

Heterosexual

293

82.8

Homosexual

25

7.1

¿Tienes actualmente pareja?

Si

208

58.8

No

164

46.3

En tus relaciones sexuales. ¿a qué grado de intimidad sexual has llegado?

Caricias íntimas sin llegar a la penetración

28

7.9

He llegado al coito/ penetración completa

304

85.9

No he tenido ningún tipo de contacto

13

3.7

Solamente besos

9

2.5

Edad de la primera relación sexual

8-12

7

2

13-17

195

55.1

18-22

137

38.7

>23

9

2.5

No he tenido relaciones sexuales

6

1.7

Con quién tuviste la primera relación sexual

Amigo/a

57

16.1

Desconocido/a

29

8.2

Familiar (primo/a)

3

0.8

Novio/a

256

72.3

Sin respuesta

9

2.5

¿Usaste algún método anticonceptivo en la primera relación?

212

59.9

No

129

36.4

No se acuerda

13

3.7

En caso de ser Sí ¿Cuál método anticonceptivo utilizaste?

Preservativo

191

54

Marcha atrás/coito interrupto

10

2.8

Pastillas anticonceptivas hormonales

11

3.1

Fuente: Elaboración propia.

En la Tabla 5 se presentan los resultados correspondientes, a las conductas y prácticas sexuales de los universitarios, prevaleciendo en lo que respecta a la orientación sexual la heterosexual (82.2%) y en menor medida la homosexual (7.1%). El 58.8% manifiesta tener actualmente pareja, llegando el 85,9% al grado de intimidad sexual coito o penetración completa. La edad de la primera relación sexual se ubica con mucha frecuencia en el rango de 13 a 17 años (55.1%), teniendo su primera experiencia sexual con el novio/a (72.3%). Por su parte, sobre las prácticas de autocuidado sexual, el 59.9% manifiesta haber utilizado protección en su primera relación sexual, utilizando mayoritariamente el preservativo (54%) y en menor medida la marcha atrás/coito interrupto (2.8%).

Figura 1. Método que utilizan actualmente los estudiantes para el cuidado sexual.

Fuente: Elaboración propia.

Finalmente, en la Figura 1 se muestra que el método de autocuidado sexual que utilizan con frecuencia en la actualidad los universitarios es el preservativo (57%), sin recurrir a ninguno con menor frecuencia (7%). Otros datos de interés en esta figura son los referentes a que, de la totalidad del alumnado estudiado, solo el 13 utiliza la práctica de la marcha atrás o coito interrumpido, al igual que los anticonceptivos hormonales (23%), esto último según la respuesta de las mujeres consultadas.

Discusión

Los resultados del estudio colocan en evidencia que, en cuanto a la formación sobre sexualidad y/o planificación familiar, los universitarios mayoritariamente manifiestan haberla recibido (71.5%) y el 57% hace actualmente uso de preservativo, resultado que discrepa de algunas investigaciones internacionales como la de Rochigneux (2012), donde el 25% de los encuestados sobre su vida sexual, aceptó poseer un nivel bajo en materia de conocimientos sobre sexualidad, lo que produjo un alto indicador de conductas y prácticas sexuales inapropiadas por parte de estos como el desuso del preservativo, diferenciando se también del estudio realizado en una universidad colombiana por Herrera et al. (2018), en la que el 62% manifestó poseer conocimientos deficientes o equívocos sobre educación sexual debido a la poca formación recibida, aunque utilizando casi la totalidad de los encuestados métodos preservativos al momento de realizar el estudio.

Uno de los aspectos que también llama la atención se relaciona con el entorno familiar, donde la mayoría de los universitarios se identifica como católicos no practicantes (36.7%), lo que puede indicar que estos individuos podrían no hacer caso omiso a los preceptos de religiosidad, morales y éticos intrínsecos en la práctica religiosa. En este sentido, podría entenderse desde el discurso de Duque (2016) que este porcentaje de estudiantes, teniendo en cuenta la gran influencia de este en los discursos sobre sexualidad de los aspectos morales, éticos y religiosos, encontrarán discrepancias con las maneras de inculcar la sexualidad en los contextos educativos y, por ende, su interés será menor por la rigidez y estricticidad de dicho discurso. Este asunto también es notorio en investigaciones como la de Campis (2014), en la que, tras reflexionar sobre la educación recibida desde la escuela secundaria en materia de sexualidad, que, gran parte de los estudiantes, al llegar a entornos como la universidad, la ruptura de los imaginarios sociales es radical, debido a sentirse con mayor libertad en estos entornos.

Además de estos aspectos, también son factores a tener en cuenta, según Baiz et al. (2016), la formación de las figuras de autoridad en el hogar y con quien conviven mientras realizan sus estudios universitarios; sobre este punto, la investigación develó que el 89.5% convivía con su familia y que, tanto la madre como el padre poseían mayoritariamente estudios básicos (42.7% y 50.6%, respectivamente). A propósito de estos resultados Campis (2014) aseveró que, una de las dificultades para inculcar la sexualidad integral en los contextos educativos es considerar que estos tengan la obligación de hacerlo, lo que ha relegado la incidencia de la formación familiar al individuo en temas de prácticas, conocimientos y autocuidado sexual. Podría decirse, a partir de lo manifestado por el autor que, al no poseer la familia una formación académica idónea para inculcar temas sobre sexualidad integral, los universitarios están más propensos a prácticas sexuales inseguras, buscando fuentes poco confiables para informarse (por ejemplo, los amigos); no obstante, la investigación permitió conocer que el 60.7% recurre a expertos en salud para informarse sobre sexualidad y, asimismo, confirma lo considerado por Campis (2014), siendo bajo el rol de la familia como fuente confiable para el universitario en la obtención sobre sexualidad/planificación familiar (13.3%).

Por otra parte, a propósito de los conocimientos sobre sexualidad de los universitarios, se visualiza que la mayoría de estudiantes es consciente de las implicaciones de conductas sexuales inseguras como, por ejemplo, la marcha atrás/coito interrupto, la reutilización de preservativos; además, reconocen la importancia de consultar a expertos en salud para el uso de anticonceptivos y el recurrir al preservativo para evitar contagiarse de ETS. Estos resultados guardan relación con otras investigaciones realizadas a nivel internacional, donde el estudiantado se encuentra bien informado sobre enfermedades de transmisión sexual, sus implicaciones y consecuencias, además de la importancia del uso del preservativo (Reyes et al., 2019; Rolando y Saidmann, 2013; Saeteros et al., 2013; Luisi, 2013; Moreno, 2018; Kohen, 2018; Morgade, 2017; 2011). Resulta curioso que, en la investigación, los estudiantes en su primera relación sexual, representada en su mayoría en rango de edad 13 a 17 años (55.1%), el 54% utilizó condón y, en el momento en que fueron encuestados (en el transcurrir de la vida universitaria) conservan esta práctica (57%). Al establecer un contraste con otros estudios sobre estos aspectos, en cuanto a la edad de inicio de las relaciones sexuales, el estudio de Herrera et al. (2018) mostró que el 78% de los estudiantes comenzaba su vida sexual a los 16 años.

Por último, con estos resultados, resulta importante destacar lo establecido por Morgade (2011), quien afirma que la sexualidad es una construcción de la subjetividad, por lo cual debe traspasar las esferas de lo biomédico y reproductivo, cuestión que causaría mayor impacto en las universidades. Por tanto, es importante detallar los siguientes aspectos para la formulación de alternativas formativas hacia una educación sexual integral, “la incorporación de una sexualidad integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la formación armónica equilibrada y permanente de las personas; asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables [entre otros]” (p. 47).

Conclusiones

Se concluye de esta investigación que los estudiantes -en su mayoría- dan cuenta de conocimientos sobre sexualidad, lo cual significa que el entorno universitario estudiado ha logrado, a través de sus programas de prevención de ETS y el autocuidado sexual para evitar embarazos no deseados, influir considerablemente en el estudiantado. No obstante, como asignatura pendiente, se requiere reflexionar sobre la educación sexual integral que sobrepase el componente psicológico, biológico, médico y reproductivo, direccionándola también hacia temas de género e identidad, asunto al que esta investigación dedicará espacio para formulación de estrategias integradoras en materia de sexualidad, quedando entonces como línea futura de estudio.

Está prospectiva de estudio se enfocará en cómo la sexualidad desborda la genitalidad hasta alcanzar las fantasías, la cercanía emocional, la comunión afectiva y la identidad de género; por tanto, es preciso conocer cómo incide en nuestro bienestar personal y social. Esto, teniendo en cuenta que el desarrollo científico de la sexología busca ilustrar los instrumentos para comprender mejor las prácticas sexuales e impulsar la salud sexual como derecho humano básico y fundamental. Por tal razón, la sexualidad integral debe ser pensada más allá de la sucesión de campañas informativas sobre el autocuidado y considerar también la emocionalidad dentro de los procesos intrínsecos en el tema de la sexualidad.

Por todo lo anterior, debe tenerse presente que la sexualidad posee diversidad de matices y siempre es corpórea, no es posible encasillar, en términos generales, todas las prácticas sexuales como inmorales. Existe una sana sexualidad, en la cual se vive un mutuo acuerdo para la experiencia o el encuentro sexual. Es decir, una sexualidad ética. Sin embargo, el sistema educativo, aborda la sexualidad desde un sentido nominal, preventivo y bio-orgánico. Esto quiere decir que la enseñanza sobre la sexualidad en la escuela se basa, generalmente, en la memorización de los nombres de las partes del cuerpo enfocada a los órganos sexuales reproductivos, la manera en que operan, el uso de anticonceptivos para la prevención de embarazos no deseados y nombrar las enfermedades venéreas con el propósito de concientizar sobre el uso del condón y esta tradición es continuada en las universidades, manteniendo una tradición educativa limitada en materia de sexualidad integral.

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Gigliola Pardo Nieto se desempeña como profesora en la carrera de Licenciatura en Educación Artística y Artes Plásticas de la Universidad del Atlántico (Colombia). Además de sus funciones como docente, ha asesorado a estudiantes en la realización de sus trabajos de grado en proyectos de creación de obras e investigación en educación artística. Doctorante en Educación de la Universidad del Atlántico, cuya investigación aborda las representaciones sociales sobre la Educación sexualidad Integral en los procesos formativos del cuerpo sexuado en Educación Artística. Cursó estudios en la escuela de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Ha participado en varios eventos artísticos a nivel local, nacional e internacional obteniendo reconocimiento por su trayectoria artística y cultural. Entre los temas de análisis, investigación y creación artística se encuentra el cuerpo, lo femenino y las problemáticas de género. https://orcid.org/0000-0002-6296-7861